Un poco de mi
Desde muy temprana edad, aprendí a apreciar el arte en los rincones más mágicos. Las musas del Teatro Juárez, las esquinas de la Plaza de Paz y los aromas del Mercado Hidalgo se convirtieron en mi fuente de inspiración. Guanajuato, desde que era una niña pequeña, se convirtió en mi hogar, y sus tradiciones y culturas me llenaron de vida.
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Caminar por el centro de la ciudad era como danzar entre la historia y la modernidad. La música del Teatro Juárez y el arte del Festival Internacional Cervantino dejaron huellas imborrables en mi corazón. Mi familia comparte este amor por Guanajuato; no nos perdemos ninguna fiesta. En 2022, tuve el honor de ser nombrada reina de la ciudad, un título que me permitió conectar con muchas personas y descubrir mi verdadera vocación. Recordar mi año como reina es revivir actividades en beneficio de más personas y todo el amor que puse en mi trabajo.
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Siempre he creído que debemos dejar un pedazo de nuestro corazón en cada buena acción.
Mi abuela, apasionada por las tradiciones de nuestra ciudad, siempre me llevaba con ella a todos los eventos. Desde el Festival Internacional Cervantino hasta el Día de las Flores, aprendí la importancia de estar presente y ayudar a los demás. El servicio social se convirtió en mi verdadera vocación, y cada día busco formas de simplificar la vida para quienes me rodean.
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Me considero un puente entre diferentes culturas, y por eso estudio Relaciones Industriales. Relacionarme y ayudar a muchas personas es mi pasión. Guanajuato no es solo una ciudad para mí; es un lienzo donde escribo mi historia y encuentro mi propósito.
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